Se citaron a duelo una mañana casi fresca del domingo 2 de mayo de 1915. Era el duelo de los más «faites» del Malambo en el Rímac.
Era un esperado duelo entre los más fascinerosos malandros de esos barrios peligrosos de la ciudad. Eran 2 de los más afamados bandido de esas zonas. Cada uno lideraba un bando de malandros; uno se llamaba Cipriano Moreno, pero todos lo conocían como «Tirifilo». El otro se llamaba Emilio Willmann y su apodo en el hampa era el de «Carita». Se tenían rencor de siempre, eran rivales de todo: en lides amorosas en los prostíbulos de la capital, en prestigio, en fama. Tenían mucha rivalidad ambos hampones. Cada vez que se «trompeaban» casi siempre salía vencedor Moreno, era bueno para los puños, y a la vez manejaba bien la «chaveta» como casi todos los hampones de aquellas épocas.
Se tenían tanto rencor que ese duelo entre ambos delincuentes debía terminar; y la única manera era batiéndose en un duelo a «chavetazos» y hasta morir. Ya no se soportaban ninguno de los 2. Ya no podían cruzarse en algún bar del Malambo sin que terminara en alguna pelea.
Pactaron su duelo a morir mediante los padrinos de cada uno. Sebastián Fermín y Antonio Peña por el lado de Willmann. Y Juan Risco y Julio Allende por el lado de Moreno. Los padrinos de Carita y de Tirifilo además pactaron las condiciones del duelo, que acontecería en el callejón del Águila en el barrio de Tajamar en pleno Rímac, muy cerca al Malambo, el domingo 2 de mayo de 1915 a las 8 horas. Se usaría sólo «chaveta», ninguna otra arma y el vencedor no daría cuenta a la policía de lo acontecido, ni tampoco ningún allegado del bando del perdedor.
Es así que esa mañana de mayo algo nublada, fresca sin llegar a ser fría, ambos hampones se encontraron para redimir sus diferencias; y empezó así este famoso duelo. Lo empezó ganando Moreno con mucha más «cancha» que su contendor, era más ducho en el uso del puñal. Además tenía más años en el mundo del hampa. Willmann sólo procedía a defenderse, ya Moreno le había proferido unas 7 heridas en distintas partes del cuerpo como en los brazos y parte del tórax; Willmann estaba casi bañado en sangre y apenas se podía mantener en pie defendiéndose de los puñalazos, Moreno sólo estaba salpicado por la sangre de Willmann. Parecía que el final de Carita estaba por llegar, hasta que no se sabe como atacó con toda la furia a Tirifilo logrando a llegar a abrazarlo y atestarle una puñalada atroz que le atravesó la espalda a la altura de los pulmones. Este ya no se pudo levantar más y quedo tendido y casi agonizante, Carita también caía rendido por el extenuante duelo que lo tenía como ganador.
La gente expectante del duelo, hampones como Willmann y Moreno, trasladó al hospital 2 de mayo a Carita, pero con Tririfilo ya no podían hacer nada, falleció a los minutos de aquella puñalada.
Con eso terminó la fama de tenebroso hampón de Cipriano Moreno «Tirifilo» y empezaba la fama del nuevo hampón del barrio del Malambo, Emilio Willmann, hijo de una negra porteña del Callao y de un marino inglés que estuvo de paso por el país y sólo le dejo el apellido como herencia. Empezaba la fama de «Carita», que hasta Ciro Alegría escribió una novela basado en este duelo.
Muchos recién se acostaban a descansar luego de un muy movido inicio de año. Algunos pocos seguían festejando ese inicio de un esperanzador año 1993. Se terminaba un convulsionado 1992, duro por la crisis económica que aún sostenía el país, donde un dolar costaba casi que un sol, donde semana a semana eran despedidos trabajadores estatales, que venía de un «autogolpe» y sobre todo a pesar de que se logró capturar a Abimael Guzmán, aún se estaba combatiendo los últimos rezagos del terrorismo y así llegaba el fin de año de 1992 y con muchas ganas de que todo cambie en 1993.
Y en esas primeras horas de 1993, cuando recién amanecía, los bomberos recibían la noticia de un dantesco incendio sucedía detrás del Palacio de Gobierno, lo que ahora es la «Alameda Chabuca Granda». Era «Polvos Azules» que se incendiaba, millonarias pérdidas dejaba, cientos de personas sin trabajo, buena parte del recinto ferial reducido a cenizas, mucha gente se quedaba sin nada, de los puestos que ofrecían en su mayoría productos de contrabando y los vendían a bajo precio ya no quedaba nada o casi nada.
Fue una dura mañana para los bomberos, esa la del 1 de enero de 1993, lo que debería ser un inicio de año tranquilo y en paz se volvió un infierno desde las 7 am, que empezaron las llamas a consumir el recinto ferial. Nunca se supo a cierta ciencia el motivo del incendio, a pesar de las investigaciones que dieron como un cortocircuito accidental, ya que habían malas conexiones eléctricas en «Polvos Azules». Aunque para muchos fue un incendio intencional, con la final de que los «feriales» se reorganicen formalmente y no en la informalidad como se encontraban en esa época. Algo común la informalidad en la época de la alcaldía de Ricardo Belmont y que con el nuevo mandato de Alberto Andrade, pensaba derrotar a la informalidad.
Recordemos que Polvos Azules nace en 1981, siendo alcalde de Lima, Eduardo Orrego en la parte de atrás del Palacio de Gobierno, en el límite del Centro de Lima y el Rímac, en lo que ahora esta ubicada la «Alameda Chabuca Granda», para colocar a los ambulantes que ya ocupaban las veredas en el mismo Centro, ocasionando un malestar tremendo, se quiso «formalizar» a los ambulantes, pero sólo se logró en parte. Solo sería un lugar «temporal» para los antiguos ambulantes, pero «Polvos Azules» se volvió un «pandemonium» y en el reino de la informalidad.
El incendio duró varias horas, muchos de los comerciantes dejaron de festejar ese inicio de año o dejaron de descansar para ir a tratar de salvar sus cosas en el campo ferial. Muy pocos tuvieron esa suerte, la gran mayoría perdió todo, todos sus sueños, todos sus ahorros, todo se volvió cenizas con el incendio. Uno de los peores que tuvo la década de los 90 en la ciudad.
Las pérdidas fueron cuantiosas, calculadas en mas de 11 millones de dólares, y no solo fueron en mercadería, se perdió todo el campo ferial, quedó totalmente inutilizado, se perdieron mas de 2000 puestos. Y recién años mas tarde volvería a reabrir el campo ferial «Polvos Azules», pero ya en el lugar que todos conocemos en la Vía Expresa, en La Victoria.
Esa mañana del 1 de enero de 1993, con dicho incendio, se fueron muchos esperanzas de crecer económicamente de muchas personas, en una época crítica a nivel económico en el país, una época donde había hambre y desempleo. Con el incendio y la desaparición de «Polvos Azules», muchas personas quedaron en la calle. Sus esperanzas de un próspero año nuevo, se diluyeron rápidamente como el fuego que consumió dicho campo ferial.
El año nuevo en que dejó de existir «Polvos Azules». El año nuevo que para muchos fue trágico y que entristeció a muchas familias. El año nuevo que muchas personas no lo van a olvidar jamás, un festejo que fue incompleto, un festejo a medias o en realidad no había nada que festejar ese 1 de enero de 1993.
-Carajo Espino, le dije que se cuidara, se lo dije y me sale con esto, con esta huevada. ¡¡¡Puta madre!!! -Perdone profe, pero no pude evitarlo, perdóneme. -Ahora sin ud. sin poder viajar, voy a tener que cambiar el plantel para el viaje.
Unos minutos después de haber estado en la cancha, se producía este diálogo entre Marcos Calderón y César Espino, en los vestuarios debajo de la tribuna sur del viejo estadio nacional, minutos antes de la 16.00 horas de un húmedo y caluroso domingo 6 de diciembre de 1987. En el que habían empatado contra San Agustín 0-0, que lo dejaba con 25 puntos igualados con Unión Huaral, que perdería un par de horas más tarde contra Universitario 1-0.
-Nos vemos mañana en la tarde muchachos, en el club, para dar la lista de los que viajan el martes tempranito a Pucallpa. Gritaba Marcos Calderón.
(Último equipo que se presentó en Lima)
(Empate 0-0 contra San Agustín)
Al día siguiente, el lunes 7 de diciembre de 1987, a las 16.30 hrs, se acercaban los jugadores al estadio de Matute, algunos para entrenar (los que no jugaron y estuvieron en la banca de suplentes, el día anterior) y otros para tratarse golpes o «soltar las piernas» nada más (los que jugaron un día antes). Luego de terminar ese liviano entrenamiento, casi cayendo la tarde, con el sol escondiéndose por detrás de la tribuna occidente del estadio, en el hall central de esa misma tribuna. Marcos Calderón daba la lista de los 16 jugadores que se tenían que presentar el día siguiente martes 8, feriado, en el estadio para ir con rumbo al aeropuerto Jorge Chávez, tenían que estar 06.00 horas para así estar a las 07.00 en el aeropuerto, para poder abordar el vuelo charter contratado a la Marina de Guerra del Perú, el fatídico Fokker F-27 de matrícula AE-560, por el que los dirigentes habían pagado 60 mil intis, por el traslado ida y vuelta y que saldría a las 08.30 de Lima con destino a la calurosa ciudad de Pucallpa. Al terminar Marco Calderón de anunciar a los jugadores que viajarían, se escucho de entre el fondo del grupo una especie de reclamo dirigida hacia él.
–No Rodríguez, ud. no viaja, ud. ayer jugó poco y se lesionó, recupérese mejor y veré si lo tengo en cuenta para el sábado contra Bolognesi. -Pero profe, puedo jugar, solo es un golpecito, al menos puedo ir a la banca de suplentes como ayer contra San Agustín. -No, le dije Rodríguez, no insista, además no jugó bien ayer, así que en vez de que viaje, mejor recupérese y luego ya vemos el sábado, no insista.
Y ahí terminó la corta charla entre Marcos Calderón y Benjamín «Colibri» Rodríguez, que fue uno de los 9 jugadores y allegados (Arturo Guadalupe, Ricardo Elguera, Martín Carrillo, Richard Garrido, Javier Castillo, asistente de Calderón, Enrique Arenaza, Juan Illescas, César Espino, Juan Reynoso y Benjamín ‘Colibrí’ Rodríguez) que por expulsiones, bajo rendimiento o lesiones no viajaron en el fatídico avión Fokker.
(Presentación de Marcos Calderón el 31 de agosto de 1987 en Matute).
Ya se hacía de noche en La Victoria y los jugadores retornaban a sus casas, para volver al amanecer al club, lo que sería la última vez que lo pisarían, algunos (los solteros) se fueron a comer algo por las calles de La Victoria, otros, los que estaban casados o convivientes iban a sus domicilios para pasar sus últimas horas con sus familias, la noche del lunes 7 de diciembre, vísperas de navidad de un convulsionado tanto social como económicamente país que era gobernando por el aprista Alan García.
A las 06.15 del feriado martes 8 de diciembre de 1987, salían rumbo al aeropuerto los 16 jugadores, el comando técnico, un par de dirigentes, médicos, utileros, allá se unirían al grupo de viaje, los árbitros que iban para dirigir el partido, como el liquidador de la ADFP (Asociación Deportiva de Fútbol Profesional) que iba a verificar la taquilla del partido y también algunos barristas que normalmente se ubicaban en la tribuna occidente, muchos de ellos del barrio de Pueblo Libre, cercano al aeropuerto, es por eso que irían ellos por su cuenta al terminal aéreo. Pasadas las 07.00 horas ya se encontraban en aeropuerto para iniciar los trámites de embarque para viajar con rumbo a la Selva, el avión de la marina de guerra, partiría en principio a las 08.30 como esta previsto; Algunos problemas con la revisión de el avión hizo que demorara su partida de Lima, en ese mismo avión Fokker ya había viajado el plantel de Universitario de Deportes, que había jugado el 29 de noviembre de 1987 con el Carlos Manucci en la ciudad de Trujillo, y el mismo Alianza Lima, unas semanas antes, el 22 de noviembre, cuando se enfrentó a Cienciano en el Cusco.
8 muchachos de la barra también iban a viajar, ya que Agustín Merino reservó sólo 8 cupos para miembros de la barra, se les dio prioridad a barristas de la tribuna occidente que era menor cantidad que de los de popular y así se pusieron de acuerdo para que 8 de ellos viajasen ese martes a Pucallpa y entre ese grupo iban a viajar Alex Berrocal quien finalmente se quedó en el aeropuerto por cosas del destino, otros de los que no viajaron fueron Billy Jahnsen, Arnaldo Noguera Betancour y Luis «loco»Pinatte, los 3 por motivos personales y en lugar de ellos viajaron los hermanos Lozano y Miguel Ruiz.
Es así que luego de tensa y fastidiosa espera, por fin el avión logra despegar de Lima pasadas las 09.00 horas, luego de casi 2 horas de espera. La llegada a Pucallpa se produce cerca a las 10.30 horas y al llegar al terminal aéreo de ese esa ciudad, al notar la demora del bus que los trasladaría al hospedaje que tenía contratado, tuvieron que tomar contratar varios taxis para así poder movilizarse por la ciudad antes del partido y luego del mismo. Eso contrarió y mucho a Marcos Calderón y peor aún cuando llegaron al hotel para dejar sus cosas y almorzar antes de ir al estadio. No estaban hechas las reservas para la delegación en el hotel América, lo que causó aún mas la molestia de Calderón con el delegado del club Washington Gómez, que fue en representación del club junto al jefe de equipo Santiago Miranda y el tesorero de Alianza Lima Jorge Chicoma, los 3 únicos dirigentes que viajaron con la delegación. Para no perder tiempo, ya que se hacía casi mediodía en Pucallpa, buscaron un hotel cercano donde dejaron sus cosas y almorzaron algo rápidamente, se alojaron en el hotel Komby, cercano a la Plaza de Armas de Pucallpa y cerca al estadio. A las 12.30 procedieron a almorzar raudamente y a las 13.00 horas procedieron a ir al estadio a escasas 5 cuadras del hotel.
El partido contra el Deportivo Pucallpa empezaría a las 14.00 horas, y correspondía a la fecha 18 del torneo descentralizado 1987. El Deportivo venía de empatar 0-0 el sábado 5 en la contigua provincia de Loreto contra el Hungaritos, Alianza Lima venía de empatar 0-0 también, contra el Deportivo San Agustín, el domingo 6 de diciembre. La expectativa era muy grande en la ciudad que tenía y tiene mucha fanaticada «grone», desde el viernes anterior era grande la expectativa, que hizo que el sábado que empezaron a venderse las entradas para ese partido casi que se agotaron, el domingo, 2 días antes, no quedaban mas entradas para el martes 8, feriado, día de La Inmaculada Concepción. El Deportivo que era entrenado por el ex jugador de Alianza Lima, la otrora gloria Víctor «Pitín» Zegarra formaba esa tarde con: Efraín Álvarez, Javier Rovai, Lizandro Navarro, Roger Pinchi, Javier Pérez, Alberto Cano, Gerardo Camacho, German Garagay, Méndez, Bardales, «Mememe» Carpio.
(Última foto de Luis Escobar antes del partido).
Alianza que había llegada a las 13.15 al estadio, que apenas le dio tiempo para calentar, cambiarse y reposar algo el almuerzo, entraba a la cancha del estadio Oficial de Pucallpa con casi 5 mil personas que dejaban 387 millones de soles de recaudación, con José Gonzáles Ganoza, Gino Peña, Daniel Reyes, Tomás Farfán Farfán, Cesar Sussoni, Carlos Bustamante, Jose Casanova, Aldo Chamochumbi, Luis Antonio Escobar, Alfredo Tomassini y Miltón Cavero, luego entraría casi al terminar el partido Johny Watson por Miltón Cavero. El arbitraje corría a cargo de Samuel Alarcón y como jueces de línea a Miguel Piña y el pucallpino Efraín Salas.
(Alianza Lima 3 Deportivo Pucalla 0 primera rueda gol de Luis Escobar).
El calor era insoportable a la hora del comienzo del partido, estaban a casi 35 grados, lo que hizo que el partido sea muy soso, poco luchado y no tan disputado, jugado con poca intensidad, hasta que a los 34 minutos, tras una salida larga de Tomás Farfán, recepción de Luis Escobar y pase de este a «Pacho» Bustamante que le quedó el balón dando botes en un pésimo estado del campo, le»sombreó» el balón al arquero Álvarez, hizo el único gol del partido. El segundo tiempo sería igual que el primero, con Alianza teniendo la tenencia del balón casi sin llegar a profundizar, aguantando el resultado y lo logró al final terminando el partido Deportivo Pucallpa 0 Alianza Lima 1. Esto hizo que Alianza Lima pase a comandar el torneo descentralizado con 27 puntos, 1 punto mas que Unión Huaral que con su empate contra Utc de local 1-1 hacia que perdiesen estos la punta, el próximo partido de Alianza Lima sería el sábado 12 de local en el estadio de Matute y Deportivo Pucallpa, jugaría el domingo contra Sporting Cristal.
Luego de terminado el partido, alrededor de las 16.00 hrs, el plantel, se dirigió al hotel Komby a unas cuadras del estadio Oficial, se bañaron y se trasladaron al aeropuerto, también cercano al hotel, el vuelo debía partir a Lima a las 17.30 hrs. la delegación estaba ya lista para partir, pero como esa mañana también habría inconvenientes esta vez no aspectos técnicos de la aeronave, sino que faltaba el contador del club, el sr Jorge Chicoma que demoró en el estadio para recibir la parte que le tocaba al club por la recaudación de esa tarde,luego de casi una hora de espera a Jorge Chicoma, por fin el vuelo pudo salir con destino a Lima, a las 18.30 hrs, un horario inusual para salir de esa zona del país, sobre todo para esa clase de aviones al momento de cruzar la cordillera en horario nocturno. Pero al final ese no fue el motivo de real del accidente, sino el mal estado en el se encontraba ese avión como tantos otros de las fuerzas armadas por falta de mantenimiento. Eso sumada a la poca experiencia del piloto Edilberto Villar, que al momento de aterrizar la nave presentaba serios problemas en el tren de aterrizaje (dos llantas ubicadas por las alas del avión y una en la punta) problema por lo que el piloto se comunica con la torre de control de la empresa Corpac en el aeropuerto Jorge Chávez, para que ellos cerciorasen de que el tren de aterrizaje haya bajado completamente, por lo que el piloto decide dar una vuelta obligatoria y pasar nuevamente por la torre de control y así pudieran observar si había bajado el tren de aterrizaje, a las 20.10 se perdió totalmente la comunicación con la torre de control, al dar esa vuelta, no hubo rastros ya de ese avión fokker, nunca mas se supo ya del avión.
La noticia solo la supo personal de La Marina, que enviaron gente especializada para buscar a sobrevivientes y parte de la nave en el mar, las primeras personas fuera del ámbito militar que supieron la noticia, fueron Teófilo Cubillas que al llegar esa medianoche procedente de Montevideo, Uruguay, en que había competido con la selección master de Perú juntamente con unos de los que podrían haber viajado esa tarde, Javier Castillo ex defensor de Alianza Lima y en ese momento asistente técnico de Marcos Calderón que estaba de licencia para poder ir a jugar ese torneo a Montevideo. Cubillas no podía creer la noticia que le dieron en la salida de vuelos internacionales del aeropuerto.
Otro de los primeros que supo la noticia fue Alfonso Rospigliosi, que recibió una llamada las 00.30 ya del miércoles 9 de diciembre a su casa, de gente que estaba a cargo las operaciones de los aviones, para darle la noticia, llamándolo a su casa, este medio dormido recibió la noticia y trató de comunicarse con el presidente de Alianza, Agustín Merino para que le confirmase la noticia, no lo pudo ubicar, este se había enterado hacía algunos minutos antes en un restaurante cenando ya en esa muy tarde noche-madrugada, el presidente del club al conocer ese rumor se dirigió inmediatamente al aeropuerto, a partir de ahí empieza a «correrse la bola» hasta que a la 01.00 horas, en RPP (Radio Programas del Perú) lanzaban un flash informativo, indicando que el avión donde viajaba el plantel de Alianza estaba perdido, sin saber nada de ellos. Justamente el diario donde escribía «Pocho»Rospigliosi, «El Nacional», fue el único que sacó en portada la desaparición del avión de Alianza Lima, el miércoles 9 en la mañana, ningún otro diario informaría al respecto, hasta el día siguiente, por que ya habían cerrados sus redacciones temprano ese martes feriado.
(Así informaban los diarios el 10 de diciembre de 1987).
La mañana del miércoles 9 amaneció convulsionada por la noticia, no sólo en Lima, sino en todo el Perú, ya RPP mantenía informados a todo el país sobre el suceso y en televisión, el noticiero matinal «Buenos Días Perú» hacia lo mismo. La incertidumbre esa mañana era total, no se sabía nada de que si habrían encontrado el avión que estaba como desaparecido, si habrían sobrevivientes, no se sabía nada, las informaciones eran nulas o restringidas. Lo poco que se informaban los familiares y público en general a través de los rumores que pasaban de «boca en boca» que salía de gente allegada a La Marina, mas no había ninguna información oficial, lo poco que pudo saber es que alrededor de las 04.30 horas fue encontrado flotando sobre un resto del fuselaje, el piloto de la aeronave, a la postre único sobreviviente, Edilberto Villar Molina. Esa mañana muchos familiares se acercaron al aeropuerto o a la Base Naval del Callao a recabar información, otros se fueron al hospital Naval para averiguar si habían heridos, algunos se fueron directamente al mar de Ventanilla, muy cerca de donde sucedió el siniestro que fue en el mar de Santa Rosa, camino a Ancón.
Recién pasado el mediodía de ese miércoles 9 de diciembre se empezaba a conocer que no quedaban sobrevivientes, ya que era muy remoto que pudieran aguantar mas de 16 horas en el agua, con el riesgo de poder morir de hipotermia o ahogados, eran mínimas las esperanzas, pero eso no hizo que la mayoría de familiares, al no recibir noticias de sus seres, empezaran a pasearse por distintos nosocomios de la capital. Ya no sólo al hospital Naval, esperanzados en poder encontrarlos con vida, incluso hasta como la madre de Luis Escobar, en compañía de los hermanos del «Potrillo» recorrió esa mañana todo el litoral, hasta casi llegar a Huacho, todo en vano. Otros como la madre de Alfredo Tomassini, Hella de Tomassini que nunca claudicó la búsqueda de su hijo, ese y los siguientes días incluso hasta su muerte en el 2001. Nunca perdió las esperanzas de volver a ver a su hijo con vida e incluso llegó a recibir amenazas a su vida y a las de su esposo e hija como lo cuenta su hija. La hermana del jugador, Hella Tomassini Ait, asegura que su padre, Alfredo Tomasini Gutiérrez, un ex médico traumatólogo de la clínica Maison de Santé, en el centro de Lima, mantenía vivo el temor de supuestas amenazas que le habrían hecho agentes de la Marina, poco después del accidente.
“El 16 de diciembre (de 1987), casi una semana después de la tragedia, mi papá fue retenido en la Comandancia General de la Marina, que está en (la avenida) Salaverry (en el distrito de Jesús María), él me contó que lo tuvieron ahí varias horas, y le dijeron cosas como que no siga metiéndose (en el caso), que sabían que tenía otra hija que cuidar, que era época de terrorismo”, relata Tomasini Aita.
Otras familias empezaron a perder las esperanzas pasados los días sin poder encontrar a sus seres queridos, todo pasó a ser tristeza y desilusión, se pasó rápidamente de la esperanza a la desazón y al dolor. Hasta que el mar empezó a varar los primeros cuerpos, al día siguiente de ocurrida la tragedia y fueron los de la aeromoza Carmen Quiñones, teniente primero en retiro que iba como hincha Rafael Ponce, el tripulante Domingo Mercedes, una allegada llamada Nora Sánchez y 2 componentes del club, el utilero Andrés Eche y el médico Orestes Suárez, que iba en reemplazo de Ramón Aparicio que por cosas del destino no pudo viajar, por estar en la gira de la selección master al igual que Javier Castillo. Fueron los primeros 6 cuerpos que el mar varó en la tarde del miércoles 9 de diciembre. A la par los rescatistas de La Marina encontrarían parte del fuselaje del avión días mas tarde, nunca se pudo encontrar misteriosamente la «caja negra» como así tampoco aparecieron 5 cuerpos.
(Ùltimo balón que tocaron los finados, lo trajo de Pucallpa, «Pitín» Zegarra y donado al club)
El primer cuerpo de un jugador devuelto por el mar fue el de Tomás Farfán, el 15 de diciembre, junto al cuerpo de César Lozano y Miguel Piña, al día siguiente 16, el mar varó los cuerpos de Ignacio Garretón, Braulio Tejada, Daniel Reyes y Santiago Miranda el jefe de equipo, el jueves 17 aparecían los cuerpos de Gonzáles Ganoza, Johny Watson, Milton Cavero, César Sussoni, Aldo Chamochumbi y el barrista Oscar Colmenares. El Día 20 encontraban el cuerpo de José Casanova y de José Vergara, ayudante de utilería de 15 años, unos días mas tarde encontraban el cuerpo de José Mendoza y el 25 día de navidad el de Marcos Calderón. Nunca aparecieron Alfredo Tomassini Aita, Luis Escobar Aburto, Gino Peña Escudero, William León ni Carlos ‘Pacho’ Bustamante. 5 cuerpos nunca pudieron descansar en paz y ser despedidos por sus familiares y amigos, nunca.
Entretanto se empezaban con las investigaciones de lo ocurrido a cargo de fiscales civiles, que tomaron la declaratoria del piloto cuando estaba en el hospital Naval, hasta que el fueron militar se interpuso y no dejó que se continuara investigando, obstaculizando todo tipo de contacto con la única persona que podía aportar mas datos, aparte de los que ya había dado en su primera declaratoria. La investigación entonces pasó a manos de «La Junta de Investigación de Accidentes Aéreos de la Aviación Naval» y que estaba a cargo de el capitán de navio, Edmundo Mercado Pérez y que finalmente escondió ese informe final, nunca salió a la luz pública hasta que en el 2006, 19 años después de ocurrido el accidente, a través de un reportaje que difundió el programa político «La Ventana Indiscreta» se supo verdaderamente los motivos de ese tan horrendo siniestro que se llevó la vida de 43 personas, el reportaje a cargo de los periodistas Enrique Flor y de César Hildebrant Chávez indicaba que el informe final lo escondió Mercado Pérez y se llevó con el al momento de pasar a pasar a retiro en 1988, un año despúes del accidente y por esa jubilación recibió una tan buena indemnización que se mudó a Miami comprando una casa en esa ciudad, llevándose consigo la verdad de la tragedia. Ese informe fue elevado a sus superiores el contralmirante Roberto Duboc Meza y el vicealmirante Juan Soria Díaz, también tenían conomiento del informe los oficiales Fernando Zavala Claux, Carlos Arana Tenorio, Lorenzo Vargas Alfaro, Juan Koster Arauzo y Jorge Morante Bardell, todos callaron y ocultaron todo tipo de información al respecto.
Vergonzosas también han sido las declaraciones del ex presidente de Alianza Lima, el conocido funerario Agustín Merino, quien, ante la pregunta del reportero César Hildebrandt Chávez sobre la posibilidad de que Alianza hubiera demandado a la Marina de haberse conocido en 1988 el informe oculto, señaló lo siguiente: “Un club es un club de deportes, no es un club de juicios ni de peleas ni de nada de esas cosas. Esto tiene que arreglarlo cada familia, es potestad de cada familia arreglar sus problemas. Nosotros no tenemos por qué arreglar problemas que no son de nosotros. Por más que al club le hubiera pasado lo que le pasó, no se metía en nada. Menos con la Marina, en ningún sentido“.
Entre los documentos encontrados en West Palm Beach se encuentra un compendio del Informe Final del accidente elaborado por Mercado Pérez y que fue elevado al entonces Comandante General de la Marina, el 10 de mayo de 1988 con el objetivo de procesar el cobro de la póliza con Popular y Porvenir Compañía de Seguros.
En ese resumen de 11 páginas, Mercado concluye que el Fokker 27 se estrelló en el mar por “un error humano”. En síntesis, la responsabilidad recayó sobre el piloto, el entonces teniente Edilberto Villar, y el copiloto, teniente Fernando Morales Dapuetto.
Pero las pocas horas de vuelos que registraban los pilotos de la Marina no sólo era un problema de los pilotos de Fokker 27. El informe secreto X.1000-043, del 18 de mayo de 1987 (siete meses antes del accidente), elaborado por el Comandante del Grupo Aeronaval Numero 2, capitán de navío Gustavo Salcedo Williams, detalla la carencia de repuestos y la poca disponibilidad de vuelos en helicópteros para entrenar a los pilotos en vuelos reales en este tipo de aeronaves.
De acuerdo con los reportes de la Marina, Villar registraba 1,170 horas de vuelo en el F-27, de las cuales 102 habían sido como comandante de aeronave. Cuando ocurrió el accidente, Villar tenía un año como comandante de aeronave.
Según la investigación, el F-27 despegó de Pucallpa rumbo a Lima el martes 8 de diciembre a las 18:31 y no a las 17:20 como estaba programado, debido a que un miembro de la delegación del Alianza Lima, responsable del cobro de la taquilla del partido contra el Deportivo Pucallpa, se retrasó y recién abordó el F-27 a las 18:15. Esto significaba que parte del vuelo hacia Lima y el aterrizaje se harían de noche.
Al respecto la investigación de Mercado Pérez detalla que en los tres meses previos al accidente, Villar sólo había tenido 12 horas de vuelo instrumental en el F-27. De noche apenas acumulaba cinco horas. En el último mes no registraba ni una sola hora de vuelo nocturno.
Durante esa investigación, los jefes de Villar aseguraron que el entonces teniente contaba con la capacidad suficiente para comandar la aeronave. Respecto a Morales, las opiniones fueron más conservadoras. Pero lo cierto es que los reportes oficiales de la Marina detallan que apenas registraba una hora de vuelo nocturno en los tres meses previos al accidente.
El resto es ya todos lo conocemos. De acuerdo a la investigación de Mercado Pérez ocurrió una serie de hechos: la luz del tren de aterrizaje delantero prendió en naranja (indicando que algo estaba mal); Villar empezó a revisar los manuales de procedimiento – que estaban escritos en inglés, idioma que no dominaba -, y le entregó el mando a Morales; éste sin percatarse piloteó la aeronave en descenso hacia el mar; y cuando Villar intentó rectificar fue muy tarde. El avión se estrelló en las aguas de Ventanilla.
Sin embargo, la conclusión de esta suma de factores no incluyó la negligencia de los mandos de la Marina al ofrecer un servicio de transporte para civiles sin que se destinara el presupuesto necesario para ofrecer la adecuada capacitación a sus pilotos. Las acusaciones se centraron en Villar mas que en el mantenimiento de las aeronaves. El 29 de julio de 2008, Mercado Pérez, el investigador de la Marina, murió de cáncer generalizado en un hospital de West Palm Beach.
(Informe revista el Gráfico Perú, 2006).
Se tejieron muchas controversias con respecto a la caída del avión, muchas hipótesis, obviamente nunca esclarecidas, se habló por ejemplo que el avión traía droga de la selva para Lima, como estas polémicas declaraciones de allegados a los futbolistas fallecidos.
“Yo lo tengo claro: el avión traía droga y los marinos se bajaron el avión. Tengo indicios. La libreta electoral de mi esposo estaba casi intacta, solo con un poco de agua. ¿Tú crees que con el agua salada del mar, esa libreta se va a quedar así? No, con tantos días en el mar, esa libreta tendría que estar destruida. Seguro los marinos le pusieron un poco de agua para pasar desapercibidos. Estoy segura que a los muchachos los secuestraron con la intención de desaparecerlos, y así lo hicieron. Hubo otro hecho: el calzoncillo de Marcos Calderón tenía una mancha de sangre que, según su esposa, estaba ahí desde antes del accidente. ¿Cómo es posible que después de tantos días en el mar, esa mancha de sangre siga ahí? Por otro lado, los maletines y los chimpunes estaban reventados, ¿qué raro no? Yo creo que los jugadores que no aparecieron porque estaban baleados. Seguro ellos se opusieron a los militares. Mi esposo apareció 8 días después, pero no sé cómo lo han matado». Entrevista con Ofelia Bravo, viuda del jugador Tomas “Pechito” Farfán.
Otros aseguran haber visto el cadáver de Jose Gonzáles Ganoza con orificios de bala en la morgue de Lima, todo por supuesto sin ser confirmado.
(Se conformaba un nuevo equipo).
Muchos clubes, dirigentes, en general todo el mundo del fútbol, se solidarizó con el club Alianza Lima, que había quedado casi devastado, sin nada, solo algunos dirigentes y alguno que otro miembro médico, 1 miembro del comando técnico y sólo 8 jugadores que lograron salvarse al no viajar con el plantel.
Algunos clubes peruanos se prestaron para ceder jugadores a ese nuevo Alianza Lima que se venía, como Utc, Manucci, Universitario de Deportes, Deportivo Municipal entre otros y hasta clubes extranjeros como el Colo Colo de Chile.
Universitario cedió a los jugadores Luis Carmona y a un muy joven Juan Carlos Bazalar, que por su juventud se negó a pasar al rival de toda la vida, ya que esperaba luchar ser titular en su club, por cosas de la vida, años mas tarde este pasaría a Alianza Lima siendo figura, muy respetado y reconocido.
Colo Colo enviaba a 4 jóvenes jugadores como Jose Luis Letelier, tercer arquero del plantel «cacique», detrás del argentino Daniel Morón y de el «Rambo» Marcelo Ramírez, Parcko Quiróz, back central de buena proyección pero poco utilizado en el plantel chileno,el delantero René Pinto y el volante Juan «Candonga» Carreño, jugadores que al no tener cabida en el equipo principal del «cacique» que dirigía Arturo Salah, aceptaron viajar a Lima con todos los gastos pagados por Colo Colo, menos Carreño que se negó a viajar y ni quería saber nada de dejar Santiago. Así que lo reemplazo Francisco Huerta, otro joven volante como Carreño pero con muchas ganas de gloria.
Y es así como se fue formando el nuevo ALianza , varios jugadores que quedaban libres el 31 de diciembre de 1987 y muy afines al club se ofrecían para poder armar el nuevo equipo, jugadores como Teófilo Cubillas que volvía al club de sus amores, Jose Velasquez que estaba en el Deportes Iquique de Chile, rescindía su contrato para volver al club que le dio la gloria, otros como Roberto Rojas de Sporting Cristal, terminaba su contrato ese 31 y volvía también, y algunos mas como Maurinho Mendoza de Cni de Iquitos, Eduardo «Sampri» Saavedra y Osvaldo Flores de Deportivo Municipal, Luigi Dietz de Sport Boys también fueron cedidos, así como también el retorno de Wilmar Valencia del fútbol salvadoreño, aparte eran promovidos al primer equipo juveniles como Manuel Vinces, Jorge Vallejos y varios mas, mas el apoyo como director técnico del «cholo» Rafael Castillo que se encargaba de la parte formativa del club en las divisiones menores, es que se fue armando ese nuevo Alianza e hicieron que el club resurgiera de sus cenizas y volver a ser el club más grande y popular del país como en otrora, como desde 1901.
Y ese nuevo Alianza reforzado por algunos jugadores y ex jugadores volvió a pisar una cancha de fútbol, un jueves 17 de diciembre de 1987. 9 días mas tarde de ocurrido ese doloroso siniestro, con un partido homenaje contra Independiente de Avellaneda, que dio una gran mano al enviar su equipo casi titular sin costo alguno, mas que los gastos operativos y de traslado para poder jugar en Lima, ese equipo dirigido por el «pato» José Pastoriza. También lo hicieron esa tarde-noche Universidad Católica de Chile y Universitario de Deportes, todo lo recaudado fue a parar a los deudos de las víctimas, no solo los jugadores, también árbitros, barristas etc. Todo fue solidaridad esa noche de diciembre vísperas de Navidad.
(Amistoso contra Independiente el 17 de diciembre).
Mucha gente hizo lo posible para que este club no se fuera con los «ángeles de Ventanilla», mucha gente hizo todo lo posible para este club resurgiera como el «ave fénix» que renacía de sus propias cenizas y volver a ser lo que fue en su historia, un club grande, un club de arraigo, el mas grande club del país.
Y el hincha blanquiazul estará eternamente agradecido a toda esa gente que dio la mano en un momento tan complicado, en el momento mas difícil de este glorioso club llamado ALianza Lima.
(El nuevo Alianza 1988).
Fue la última jugada al destino de esos grandes jugadores, pero ese destino hizo todo lo posible para que nunca nos olvidemos de ellos, nunca. Los que los vivieron en esa época, los que los disfrutaron y también los que sólo hemos leído o escuchado mucho sobre ellos, sin haberlos podido ver, nunca serán olvidados.
En el accidente perdieron la vida un total de 43 personas, 16 integrantes del equipo, 6 miembros del cuerpo técnico, 4 auxiliares, 8 miembros de la barra, 3 árbitros y 6 tripulantes.
Marcos Calderón – D.T. José Gonzáles Ganoza (33). César Sussoni (23). Tomás Lorenzo Farfán Farfán (26). Daniel Reyes (23). Gino Peña Escudero (23). José Casanova Mendoza (23). Aldo Chamochumbi Argote (19). Carlos Bustamente (22). Miltón Cavero Carozzi (20). Alfredo Tomassini Aita (22). Luis Antonio Escobar Aburto (18). José Mendoza Ismodes (26). Ignacio Garretón (19). Willian León (22). Braulio Tejada Guzmán (18). Jhonny Watson Navarro (25). Rolando Gálvez – Preparado Físico. Orestes Suárez Galdós- Médico. Andrés Eche Chunga – Utilero. José Vergara – Ayudante de utilero. Washington Gómez – Delegado. Jorge Chicoma – Tesorero. Rodolfo Lazo Esteves – Kinesiólogo. Santiago Miranda Mayorga – Jefe de Equipo.
8 barristas: Eugenio Simonetti Gonzáles, Jose Errea Pintado, Julio Cáceres Rey, Oscar Colmenares Urteaga, Rafael Ponce Gonzáles, Germán Lozano Merea, César Lozano Merea y Miguel Ruiz Espejo.
5 Miembros de la tripulación: Fernando Morales Dapuetto, Abraham Del Portal, Jose Vicente Rivas, Domingo Mercedes Miranda y Carmen Quiñonez Chávez.
3 árbitros: Miguel Piña, Samuel Alarcón y su hermano también árbitro de segunda que sólo fue a acompañar a su hermano mas no a dirigir, Manuel Alarcón. Además de un miembro de la ADFP, Victor Barco así como también una allegada llamada Nora Sanchez Díaz.
LIMA, 10 DE DICIEMBRE DE 1987 TRAGEDIA FUTBOLISTICA. AVION FOKKER EN EL QUE VIAJABAN LOS JUGADORES DEL CLUB ALIANZA LIMA CAE AL MAR DE VENTANILLA. FOTO: EL COMERCIO
El Alianza de 1987 no fue un equipo que apareció espontáneamente. Se fue formando progresivamente en los ochenta debido a la crisis futbolística en la que entró el cuadro blanquiazul luego del formidable bicampeonato de 1977-1978. El más veterano de cantera aliancista era el arquero José Gonzales Ganoza (que debutó en 1973), al que seguían Juan Illescas (1978) y Tomás ‘Pechito’ Farfán (1980). En 1982, con ‘Pitín’ Zegarra en el banco, apareció una primera camada: José Casanova, Gino Peña, William León, Milton Cavero y el arquero José Mendoza (que debutó en 1983). En 1984, ya con Juan José Tan como entrenador, los promovidos por Zegarra empezaron a ser titulares y surgió a la par una segunda camada: Luis Escobar, Daniel Reyes, César Sussoni, Carlos Bustamante y Benjamín ‘Colibrí’ Rodríguez.
En 1986, con la llegada de ‘Didí’ al banco victoriano, todos estos jugadores integraban un conjunto ya más cuajado. Ese año fue promovido también Juan Reynoso y al año siguiente, en 1987, subieron al primer equipo Ignacio Garretón, Aldo Chamochumbi y Braulio Tejada. En el plantel también estaban César Espino y Johnny Watson, que ya tenían algunas temporadas de experiencia con Sport Boys y Alfredo Tomassini, quien fue el último en sumarse a mitad de ese 1987, proveniente de las canteras de Cristal.
(Algunos de los que sobrevivieron).
Aunque actuaban esporádicamente, el equipo de 1987 lo integraban también Richard Garrido, Arturo Guadalupe, Ernesto Arenaza, Ricardo Elguera y Martín Carrillo, quienes, al igual que Reynoso, Rodríguez, Espino e Illescas, tampoco viajaron en el fatídico vuelo a Pucallpa.
(Diversas publicaciones).
(Nota de la Revista el Gráfico de Argentina escrita por «El Veco»).
(Informe de Revista Caretas).
Fotos: Diarios : El Comercio, La Tercera, Expreso, El Nacional, La República. Revistas: Caretas, El Gráfico.
Aún tenían en la mente el asesinato de Luis Galán, candidato a presidente para las elecciones de 1990, acontecido solo unos meses antes; Cuando Colombia amaneció la mañana del jueves 16 de noviembre de 1989, con mas susto que nunca, el narcotráfico se había metido en un deporte tan popular como el fútbol, muy popular en ese país que acompañaba a la población pobre (muchos en ese época) en sus momentos de ocio o simplemente solo pata olvidar los malos momentos.
La noche del miércoles 15 de noviembre, luego de jugarse el partido entre Independiente Medellín y América de Cali, por el cuadrangular de repechaje del torneo colombiano de 1989, era asesinado el árbitro Álvaro Ortega. Un joven árbitro con futuro promisorio, que contaba en ese momento con sólo 32 años. Era sabido que fue el narcotráfico el que lo asesinó y mas aun estando en la tierra de nadie que era Medellín en esa época de fines de los 80.
Esto no hubiera ocurrido si Álvaro Ortega no hubiera ocultado la amenaza que le hicieron llegar a raíz de su actuación en un encuentro anterior, también jugado por ambos clubes, esta vez en Cali, el 26 de octubre en el que ganó el América por 3-2 y Ortega anuló un gol por supuesta jugada peligrosa casi al finalizar el partido que hubiera ocasionado el empate del Deportivo Independiente Medellín y la ganancia de millones dólares por las apuestas en el mundo del narcotráfico (se rumorea que por ese resultado, el cártel de Medellín, específicamente Pablo Escobar, perdió 3 millones de dólares que había apostado por el triunfo o empate del DIM).
Volvamos a los hechos. Era casi fin de año en Colombia, solo quedaba jugarse un cuadrangular final para redimir el nuevo campeón de ese año 1989 en Colombia. Fue un buen año en lo deportivo para ese país, Atlético Nacional había conseguido la Copa Libertadores por vez primera y además la selección de Colombia volvía a un mundial de fútbol luego de 28 años (desde hacía 1962 que no lo jugaba). Se jugaba la 2da fase de un enredado torneo colombiano, el cual consistía en 2 cuadrangulares, entre los 8 mejores clubes del torneo, los de 2 mayor puntaje clasificaban a el cuadrangular final (estos eran Junior y Millonarios) los otros 2 se registrarían de un cuadrangular de repechaje que lo jugaban América, DIM, Atlético Nacional y Unión Magdalena (un gran cuadro que era dirigido por un conocido nuestro, Jorge Luis Pinto, «El Maestro» que llegó en 1997 a Perú, para sacar campeón al club mas popular del país, Alianza Lima, ese 1989 si es que no se suspendía el torneo,porque ese Unión jugaba realmente bien, pudo ser su primer título como entrenador, el cual lo logró recién en ese año 97).
Por el cuadrangular A, el que también lo integraban Junior y Millonarios, jugaron el jueves 26 de Octubre en el estadio «Pascual Guerrero » de Cali, el poderoso América que venía de ser 3 veces subcampeón de la copa Libertadores (1985, 1986 y 1987) y que el año 1988 había quedado en 3er lugar del torneo. En frente estaba el Deportivo Independiente Medellín, equipo que contaba con apoyo del dinero ilícito proveniente del narcotráfico, en realidad el América también contaba con ese apoyo y casi todo el fútbol colombiano.
El partido lo ganó esa noche América de Cali por 3-2, lo arbitró Alvaro Ortega y sobre el final anula una jugada de «chalaca» de Carlos Castro jugador este del DIM por «jugada peligrosa» al realizar esa acción en el área del América, un fallo algo discutido que hizo que el partido no terminara empatado cuando sólo faltaban 2 minutos, además Ortega había expulsado al «petiso» Roberto Oscar Zárate, su actuación algo polémica esa noche, fue quizás el detonante para que los apostadores narcotraficantes hayan puesto la mira en la vida de Ortega. Obviamente esperaron que arbitrara un partido en la «localía» del cártel, o sea en Medellín, y esperaron el tiempo suficiente.
La prensa no se cansó de criticar a Ortega por su actuación esa noche, sobre todo la prensa «paisa» que se sentía perjudicada. Eso hizo que el aficionado de Medellín mirara con recelo una próxima designación para arbitrar a alguno de los clubes de Medellín.
Pero para la DIMAYOR, volvió a designar a Álvaro Ortega para un partido del DIM, como hacía sólo unas semanas, lo designó junto a Jesús Díaz (el mejor árbitro de Colombia en ese momento) y un novel bogotano llamado Orlando Reyes. Como era costumbre en Colombia, el referí principal era designado por sorteo momentos antes del partido.
Ortega llegó esa mañana muy temprano junto a Díaz a Medellín, desde su natal Barranquilla, sin presagiar que ese sería su último día, que esa noche perdería atrozmente la vida. Aunque según su amigo en el referato Jesús Díaz, Ortega habría recibida una llamada, quizás amenazadora, quizás intimidatoria de los narcotraficantes; Eso nunca se sabría, ya que Ortega calló esa llamada, nunca le comentó a nadie sobre la llamada, ni siquiera a su amigo Díaz que algo raro lo notó luego de la llamada. Ortega pensaba que quizás algo podría llegar a pasar en su estadía en Medellín, pero nunca que perdería la vida esa misma noche.
(Salida del Atanasio Girardort, esa su última noche, de mal arbitraje de Orlando Reyes).
A las 20.00 del miércoles 15 de noviembre de 1989, jugaban en el estadio «Atanasio Girardot» de Medellín, por el cuadrangular de repechaje, Deportivo Independiente Medellín contra el América de Cali, nuevamente se cruzaban ambos clubes esta vez por el cuadrangular (que compartían con Junior y Unión Magdalena) que los podía llevar a la gran final del fútbol colombiano, según el sorteo el árbitro principal sería el novel Orlando Reyes y los jueces de línea Jesús Díaz y el cuestionado Álvaro Ortega, nuevamente estaba presente (esta vez como línea) en un partido entre estos 2 clubes, como ese 26 de octubre. Para muchos Reyes hizo un desastroso arbitraje, haciendo que la afición que asistió al «Atanasio» empezara a corear el nombre de Días. La labor de Ortega como juez de línea pasó desapercibida, «limpiando» en algo su arbitraje del 26 de octubre, pero para el narcotráfico, no había olvido ni perdón, ya estaba sentenciado de muerte por haberlo hecho perder millones de pesos la noche que dirigió al DIM. El partido terminó 0-0, Díaz y Ortega se fueron a los vestuarios a ducharse y salieron con una calma inusitada del estadio, tanto así que mucha gente que aún quedaba en las afueras del mismo vitoreaba el nombre de «Chucho» Díaz, Ortega sintió por su labor de esa noche y por los vitoreos a Díaz había olvidado su anterior labor y es así que sugirió a Díaz ir a comer algo por el centro de la convulsionada y peligrosa Medellín antes de retornar al hotel Nutibara; Esos iban a ser los últimos momentos de Ortega en vida, camino a un restaurante a las 22.48 de aquel miércoles 15 de noviembre de 1989 era acribillada a tiros el joven árbitro Alvaro Ortega, por unos sicarios presumiblemente contratados por el narcotráfico (casi con seguridad del cártel de Medellín, ya que estaban en su zona y esperaban el momento justo, este era el mas indicado, de tener a Ortega en su territorio y vengarse por su labor del 26 de octubre además estaba la rivalidad contra el cartel de Cali, que decían que financiaba al América, eso hacia que el odio hacia todo lo «caleño» sea insostenible).
(Cuerpo acribillado de Álvaro Ortega)
Al momento de ser de ser ultimado Ortega, estaba acompañado de Jesús Díaz y un amigo de ellos de la ciudad, esa ciudad que era la mas temida, la mas asolada por la violencia en Colombia, la ciudad a la que pertenecía el DIM; ese mismo DIM al que quizás si no le hubiera anulado ese polémico gol aún Ortega estaría con vida, pero este hombre ejemplar fue asesinado por cumplir con su labor, con su labor de árbitro de fútbol. Fue asesinado por el narcotráfico; el mismo narcotráfico que ya había asesinado a Jueces, Ministros, Periodistas, Población Civil, Policías, Políticos, solo le faltaba asesinar a un árbitro de fútbol. Esa cálida noche de noviembre de 1989, sucedió lo tan temido, sucedió eso, asesinaron a un árbitro de fútbol, la noche que el narcotráfico asesinó al fútbol.
Lima se empezaba a expandir en aquellos primeros años de la década del 20. Cada vez habían más lugares urbanizados y se empezaba a poblar más la capital; no solo ya de limeños, sino de extranjeros que escapaban de la primera guerra mundial, y buscaban un lugar donde poder establecerse sin sufrir los estragos de la guerra; también crecía la proliferación de locales nocturnos como los llamados «boites» o los conocidos bares, prostíbulos y casas de citas, es así como se le hace necesario a la Municipalidad de Lima ubicarlos en un solo lugar, donde no interfieran en la vida diaria de la población de ese entonces.
Nace así el jirón Huatica, pero que empezó a ser llamado en un principio, jirón 20 de Setiembre, ubicado en el distrito naciente de La Victoria. Allí fueron a parar las prostitutas que ofrecían sus servicios en «boites», bares, o casas de citas. Fue el mayor prostíbulo del país, llegando a tener 250 prostitutas en las 7 cuadras de ese jirón. Ya con su nuevo nombre de Huatica, llamado así por el río Huatica que cruzaba el barrio, y debido a las quejas de la colectividad italiana que no quería que se llamara «20 de Setiembre» como el día de la nación italiana, ese jirón prostibulario, en 1928 empezó la zona roja con mayor afluencia de público en el país. Desde su primera cuadra ubicada en la avenida Grau, llegando hasta la cuadra 7 cruce con el jirón Sebastián Barranca; ofrecían sus servicios distinto tipo de prostitutas, desde las más humildes y baratas ubicadas en las últimas cuadras, hasta las más caras, extranjeras ellas, como polacas, francesas, brasileñas y de diversas nacionalidades, ubicadas en las primeras cuadras.
(Río Huatica)
El público asistente a este gran prostíbulo callejero era diverso, desde intelectuales, hasta políticos, pasando por reconocidos escritores tales como Julio Ramón Ribeyro, Mario Vargas Llosas y diversos artistas, todos pasaban por el jirón Huatica a «burdelear», porque no sólo era ir a fornicar y listo, era ir a tomarse unos tragos, charlar, escuchar música, o sea pasar un buen rato, la oferta y la demanda era inmensa y muy variada.
Este centro libidinoso de Lima, duró hasta 1956 cuando el presidente electo del país, Manuel Prado Ugarteche, ordenó desalojar a las prostitutas de ese jirón y estas se tuvieron que trasladar al final de la avenida México, cerca del cerro El Pino también en La Victoria, pero algo alejado de la urbe, que seguía creciendo en esa década del 50, y es ahí donde empezó la decadencia de la «zona roja» en la capital, pronto ese lugar dejó se ser un lugar de prostitutas, las extranjeras se fueron por la poca demanda que tenían, ya que empezaba la migración hacia la capital y empezaban a llegar prostitutas que cobraban cada vez menos precio. Poco a poco se fueron trasladando a otros lugares, tales como la carretera central y el Callao, hasta quedar en el olvido ese jirón, luego llamado Renovación y ahora es mas recordado como un lugar de alta peligrosidad y drogadicción y ya no como al mayor prostíbulo que tuvo el país
Hay tantas historias contadas sobre este jirón como por ejemplo las historias de Vargas Llosa en «el pez en el agua» o como olvidar a la «pies dorados» en «La ciudad y los perros» del mismo autor, pasando por muchas crónicas de diversos escritores sobre sus historias en este antiguo antro limeño.
Y un día Michael Jackson pisaría el Perú (algo que finalmente nunca ocurrió). Debía aparecer en escena a las 8 pm de un martes 26 de octubre de 1993, como se había anunciado semanas antes, con la mitad de las entradas vendidas (no se llegó a vender el total de las entradas puestas a la venta, que fueron 50 mil) con precios que iban desde 45 soles popular norte hasta 270 y 320 soles la tribuna occidente como la mas cara (precios exorbitantes para la época de crisis que vivíamos).
El «divo» debía llegar de Santiago donde tenía establecidos 2 shows, 1 de ellos cancelado, a último momento por problemas musculares en la espalda según allegados al «rey del pop», lo que hizo que su primer show en Santiago lo cancelará horas antes, y pasaría al lunes 25 de octubre, al final ese concierto también lo suspendió, como lo hizo un días después en Lima, su último y segundo show lo hizo en Santiago antes mas de 65 mil personas en el estadio nacional de esa ciudad, el sábado 23 de octubre de 1993, y terminado ese show, se especulaba que se había venido a Perú, en su avión privado y que ese lunes que debía dar el show cancelado en Chile el 21 de octubre, estaría llegando a Lima para presentarse al día siguiente martes. Esa mañana todo el país estaba convulsionado con la llegada de Michael al Perú, algo que nunca había ocurrido, sería la primera vez en el país del «rey del pop», los diarios anunciaban que había llegado en el transcurso de la noche a Lima, pero sin que nadie lo haya visto. Lo cierto es que Michael se encontraba ya en México a la espera de los show que iba a dar en ese país, y dejaba en el aire el concierto que debía dar esa misma noche, dejó con los crespos hechos a muchos seguidores que esperaban su llegada en el grupo 8, así como también a los seguidores que ya tenían su entrada comprada y muchos de ellos que llegaban de otros lares como por ejemplo de Colombia, Ecuador y Bolivia.
(croquis del escenario).
Horas antes se cancelaba el concierto que debía dar en el Estadio Nacional ese martes 26 de octubre de 1993, como lo había hecho 5 días antes en Santiago de Chile, sin importarle todo el público que se quedaba sin verlo con entradas en la mano.
¿Qué pasó realmente? Se tocaron varias hipótesis. Se especulaba que una de causas podría haber sido los atentados terroristas que había sufrido Lima, una semana antes de la llegada del «divo», uno de ellos había sido en el Hotel Crillón en pleno centro de Lima, muy cerca del hotel Sheraton donde se hospedaría.
Otra hipótesis que sonaba fuerte en esa época, es que con su gran ego Michael Jackson no podía presentarse en algún lugar donde no tuviera casi todas las entradas vendidas, algo que no iba a suceder en nuestro país por las costosas entradas.
Pero la creencia que cobraba mas fuerza era sus malestares físicos que ocasionaban que casi no se pudiera mover en sus espectáculos, así como también problemas de salud, por lo que tenía con consumir grandes cantidades de analgésicos que años después lo volverían adicto y que afectaría su salud en un futuro.
Los empresarios que lo traían decían que el show se pospondría y que el «rey del pop» vendría de todas maneras para presentarse, pero eso nunca ocurrió y hasta su muerte en el 2009 nunca mas sonó el nombre de Michael Jackson para se apareciese por el país a manera de resarcir el perjuicio ocasionado en ese noche primaveral de 1993.
Y finalmente nunca se supo la razón verdadera de la cancelación de su espectáculo, la razón se la llevó el a la tumba y quizás solo la sepa su manager de ese momento, obviamente si es que aún lo recuerda.
LIMA, 18 DE OCTUBRE DE 1993 LEVANTAN ESCENARIO PARA EL CONCIERTO DE MICHAEL JACKSON EN EL ESTADIO NACIONAL. DIAS ANTES DE SU PRESENTACION EL CONCIERTO FUE CANCELADO. FOTO: EL COMERCIO
Las bromas quedaron atrás, los chistes ya no salieron más de ese vestuario, la «palomillada» había muerto esa mañana del 04 de abril de 1993. En Chimbote estaba por despegar una avioneta de la aerolínea «Aerocóndor», desde el pequeño aeropuerto de esa ciudad con destino a una ciudad donde aquel jugador era muy querido, donde era casi idolatrado, coincidencias de la vida; Ramón Anchisi, se mataba absurdamente esa mañana de aquel domingo de otoño del 93. Cuando la avioneta que tomaba con destino a Sullana, empezaba a prender sus motores y la hélice ya estaba arrancando, y lo golpeó en la cabeza, produciendo un fuerte golpe y pérdida de masa encefálica, ocasionando casi instantáneamente su muerte. Una muerte tan absurda como todo lo que rodeaba a la informalidad que se vivía y aun se vive en el país; donde un pasajero tenía que ir a hacer sus necesidades fisiológicas en los servicios higiénicos del mismo aeropuerto y no en el avión, porque este era tan pequeño que no contaba con servicios.
Ramón Anchisi «el Cabezón» para todos, muy querido en Sullana, en el Callao, en Huánuco, lugar donde estuvo dejaba huella, recordado por su gran sentido del humor y por su buen fútbol, nacido en 1964, a sus 29 años, era un experimentado volante que había paseado su fútbol por distintos clubes del medio como Espartanos, Sport Boys, Deportivo Municipal, León de Huánuco, Atlético de Sullana, siempre dejando huella por el don de gente que era, era el típico «futbolista callejero».
Esa mañana de domingo se preparaba bien temprano para viajar a Sullana, para jugar un partido contra Alianza Atlético de de esa ciudad, tomarían un avioneta en el pequeño aeropuerto de Chimbote con destino Piura y luego hacer el camino hasta Sullana, todo se registraba de manera tranquila esa mañana, nada presagiaba lo que ocurriría unas horas más tarde, cuando minutos antes de partir al «Cabezón» le dio ganas de miccionar, al no haber servicios en la avioneta, tuvo que descender del mismo y en ese mismo instante, empezaba a encender el avión el piloto Cristian Fallet Mozaltes haciendo que empiecen a girar las hélices del mismo, de esto no se había dado cuenta Anchisi y queriendo apurar en ir a los servicio higiénicos pasó por una de esas hélices que hicieron que le destrozaran la cabeza, dejando al descubierto la masa cerebral, sus compañeros que se dieron cuenta del accidente al momento lo trasladaron al hospital Regional de Chimbote, pero falleció en el traslado, era casi imposible, al perder masa cerebral que sobreviva, una de sus «palomilladas», la última es la que hizo que perdiera la vida a sus 29 años, cuando aún tenía varios años mas para dar en el fútbol.
Ya 23 años de que ya no esta, 23 años sin «palomilladas», hace 23 años que se perdió la «chispa» en el fútbol con la partido de Teodoro Ramon Anchisi.
Era un caluroso (más que de costumbre) diciembre de 1989, y empezaba a sonar tímidamente en las radios una canción muy pegajosa de un grupo boliviano llamado «Los Kjarkas» pero en una versión muy llamativa, que en nuestro país, casi nadie conocía, este ritmo era llamado «Lambada». Un ritmo originario brasileño de la década del 70, pero no hizo conocer hasta el fin de la década del 80, cuando hizo conocido en todo el continente con un tema llamado «llorando se fue» que era una canción de folklore del ritmo saya, originaria de Bolivia, tanto esa canción como ese ritmo, se hicieron conocidos ese fin de año de 1989, muy bailado en las fiestas de fin de año y llegó a su pico máximo de popularidad en pleno verano de 1990, en esos meses que no se iba el calor, hasta pasado Abril.
«Chorando se foi» en el idioma portugués, cantado por el grupo Kaoma, fue un boom ese verano y quedó guardado en nuestro recuerdo, en cada verano de nuestras vidas, sobre todo cuando uno disfruta de las playas, mirando el mar, con el sol quemando nuestra piel.
Ritmo denominado «erótico» por muchas, sobre todo en esta sociedad muy cucufata, pero nada en comparación con el «perreo» de las siguientes décadas, la Lambada, era un baile muy latino con influencia del merengue que en esa época sonaba mucho y cargado de ritmos brasileños, bailado sensualmente por una pareja que tenían que tener mucha química en si, para poder rozar sus cuerpos uno con el otro
Imposible olvidar este ritmo para muchos de nosotros, que recordamos con mucha felicidad nuestra niñez, donde estaba de moda este baile, la Lambada, una moda que quizás nunca pase al olvido, una moda que estuve presente en ese verano de 1990 en nuestras vidas.
Corría el último año de la década del 80; los noticieros de la noche recordaban las imágenes de todo lo que había ocurrido en esa década, un resumen pormenorizado. Era el último año del gobierno aprista y habían aplicado una urgente medida, para ahorrar energéticos que ya empezaban a escasear, adelantar todo el verano, de enero a marzo una hora.
El clásico «horario de verano» empezaría a regir a partir del 1 de enero de 1990, para ser mas claro del 23.59 horas de el último día de la década se pasaría a la 01.00 a.m. Del 1 de enero; lo que en muchos países (sobre todo europeos) ocurría, pasaría en nuestro país luego de décadas, así que uno se despertaba a las 06.00 hrs para ir a trabajar a oscuras y volvía a las 19.00 horas con un sol que pegaba fuerte en la cara, y recién anochecería pasadas las 20.00 horas. El «estilo europeo» se ponía de moda en nuestro país, pero mas que nada por necesidad, para ahorrar energía eléctrica y evitar de paso que los apagones ocurridos por las bombas de sendero luminoso que destrozaban torres de alta tensión, perjudique mucho a las pocas empresas existentes que aún persistían a pesar de la crisis del gobierno aprista.
Los primeros días de esta medida, muchos ciudadanos tuvieron problemas para acostumbrarse al nuevo horario, con el correr de semanas, uno ya se acostumbraba a la caída del sol muy tarde, y como el peruano siempre aprovecha todo lo que le caiga, esto fue aprovechado sobre todo por los veraneante que concurrían a las playas de Miraflores, Barranco y Chorrillos sobre todo, que podía quedarse hasta muy tarde tomando los últimos ratos del sol, en las playas de la Costa Verde, un lugar acostumbrado para el veraneante de clase media de esa década.
Nunca más se volvió a usar este «horario de verano» y esperemos a ver que gobierno de turno, lo vuelve a implementar, en parte para aprovechar el verano, no estaría mal, si en otros países del continente como Chile o Uruguay, justamente para eso, para ahorrar energía eléctrica en esos meses del verano.
Nacido un 30 de abril de 1950, en el pasaje Carlos Bondy, a las faldas del cerro San Cosme, en la zona mas picante de La Victoria, hijo de Lorenzo Palacios Huaycapusi y de Olimpia Quispe, nacía Lorenzo Palacios Quispe, que de niño tenía que vender frutas, humitas, lustró zapatos, para subsistir, ya que tuvo una infancia muy difícil y dura.
Durante el final de la dècada del 60, conoce a la que luego serìa su esposa, Dora Puente, con la tiene una hija llamada Esther, y con la cual se terminarìa casando en 1972.
Su incursión musical, fue a principio del año 75, en el grupo Celeste, donde era vocalista su medio hermano Alfonso Escalante Quispe, al que llamaban «Chacal», pero las continuas ausencias a los ensayos y presentaciones de su medio hermano a causa de sus problemas con el alcoholismo, hicieron que el director de el «Grupo Celeste» Víctor Casahuamàn, lo incorpore, como el vocalista principal, previa preparación, en lugar de su medio hermano, y es así como empieza su ascendente carrera musical, y a partir de ahí, es llamado «Chacalón» por haber reemplazado en el grupo a su medio hermano «Chacal».
Con este grupo, grabó varios discos, y llenaba varios auditorios en los que se presentaba, ese grupo de la música tropical-andina que es conocida como «Chicha».
En el «Grupo Celeste» dura hasta 1978, cuando forma su grupo «Fruto Celeste», el cual no tiene el éxito deseado como lo que era con el anterior grupo al que pertenecía. Al no tener la acogida deseada, tuvo que dejar de lado ese nuevo grupo que tenía, pero aparece en su vida, el director de la empresa, Discos Horóscopo Perú, que le ofrece liderar, el grupo «La Nueva Crema», con lo que lograría ser la mas importante agrupación de la música chicha de todos los tiempos, grabó varios hits con «La Nueva Crema» como «Amargo amor» , «Por ella, la botella», «Ven, mi amor», pero especialmente el mas grande hit quizás de la música tropical-andina, «Soy provinciano», todo un himno para el inmigrante en la capital.
Su éxito fue tremendo en toda la década de los 80s, cuando era el boom de la «chicha» con grupos como «Vico C y el grupo Karicia, «Los Shapis», etc. Donde llenaban escenarios que luego empezaron a llamarse popularmente «chichòdromos», muchos de ellos, ubicados en el centro de la ciudad, como en la Plaza Grau y en la zona de Vitarte por la carretera central.
Conocida su aficiòn, por Alianza Lima, era una de sus pasiones, y fue muy amigo de algunos de los finados, que perdieron la vida en el accidente aèreo de 1987, como Tomàs Farfàn, Josè Casanova, Luis Escobar entre otros, siempre era visto sentado en una esquina de la tribuna de occidente para ver a su querido y amado club blanquiazul.
El 22 junio de 1994, sufre sorpresivamente una crisis diabética, que empezó con fuertes dolores en la garganta, tenía vómitos y el dolor en los pulmones era espantoso, así que es llevado a la clínica Villaràn, donde por un mal diagnóstico, fue empeorado, pensaban que podría tener cólera, y le inyectaron suero, lo que hizo que sufriera un coma diabético.
A pedido de el, ya algo mas restablecido, solicitó ser trasladado a su casa, de donde nuevamente fue llevado a la clínica Javier Prado, en las primeras horas del 24 de junio de 1994, donde le diagnosticaron que tenía de 500 en azúcar, lo que hacia ya que casi estuviera desahuciado, era muy difícil que sobreviviera y fue así como a las 04.30 am del Viernes 24 de junio de aquel año 94, fallecía de un paro cardíaco a causa de un coma diabético y de una ulcera gástrica sangrante, el gran Lorenzo Palacios, simplemente «Chacalón», un mito de la música popular peruana, y mas que eso un fenómeno que movía masas, como en su entierro, donde en el cortejo fúnebre, fue seguido por mas de 30 mil personas que escoltó el ataúd con su cuerpo hasta el cementerio El Ángel, donde se encuentra enterrado actualmente.
«Cuando Chacalón canta, los cerros bajan», reza ese famoso dicho popular.