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Desde finales mediados de los 70, los narcos de Colombia, se convertían en los nuevos reyes de la región, eran los nuevos ricos, y era un riqueza construida a base del lavado de activos, por parte de la venta de alucinógenos. Y como ya no sabían en que mas gastar el dinero que en bellas mujeres, grupos musicales, buenas fiestas en fincas, empezaron a meterse en un ámbito muy cercano y popular, como lo era el fùtbol. Los narcos empezaron a encargarse de distintos equipos de fútbol, cada uno de las regiones de donde provenían los narcos.
El primer club, en el un narco estuvo metido, y el que incluso llegó a comprarlo , fue el Unión Magdalena, de los hermanos, Raùl Pedro y Eduardo Dàvila Armenta, que en 1979, ya eran conocidos por traficar marihuana y eran los dueños de ese club de la ciudad de Santa Marta. A la par, uno de los primeros narcotraficantes de cocaína del país vecino, Miguel Rodrìguez Orejuela «el señor», también compraba acciones del club de su región el Amèrica de Cali, «el señor» junto a su hermano Gilberto Rodrìguez Orejuela, eran los «capos» de el «Cartel de Cali», empezaron a contratar a grandes figuras sudamericanas como los argentinos Falcionì, Ricardo Gareca, Carlos Ischia, el paraguayo Roberto Cabañas y a otros tantos mas y a la cabeza de el doctor Gabriel Ochoa Uribe, empezaron a ganar todo en esa década de los 80, llegando incluso a disputar, las finales de la Copa Libertadores de los años 85,86 y 87.Era algo común en el accionar de «el señor» en la compra de árbitros para que pudiera salir airoso el América.
Otro club que obtenía ayuda de los narcos, fue el Atlético Nacional, por parte del «Cartèl de Medellìn» con el afamado Pablo Escobar a la cabeza, a pesar de ser este seguidor del DIM (Deportivo Independiente Medellìn), club que llegò a ser campeòn de la Copa Libertadores en 1989. Este càrtel era archienemigo de el de Cali.

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Mientras tanto «el mexicano» Gonzalo Rodrìguez Gacha, otro famoso narcotraficante, se hacia de las riendas del Millonarios de Bogotà a partir de 1982, llevando a ese club a grandes jugadores argentinos, como el «bùfalo» Juan Funes, Alberto Vivalda (se suicidò por la depresiòn en 1994), Marcelo Trobbiani, Carlos Lòpez, Mario Vanemerak, entre otros, llegando ser bicampeones en 1987 y 1988.

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Otro club «manchado» con el narcotràfico fue el Deportivo Pereira, que pasò a ser propiedad de Octavio Piedrahita, de quien se dice tendría vínculos con Pablo Escobar y el «càrtel de Medellìn»
Por último otro club «sospechado» en esa época fue el Tolima , que se dice estuvo ligado a Ignacio Aguirre » el coronel» otro afamado narco en el país cafetero.
Estos son casi todos los clubes colombianos, que tuvieron apoyo del «dinero sucio» obtenido por el lavado y que en muchos casos, llegaron a ser poderosos y exitosos aunque otro no tanto pero estuvieron siempre cerca del éxito.
El pico de la corrupción, compra y asesinato de árbitros así como también amenazas a diversos jugadores de el torneo de la división mayor, fue a fines de 1989, cuando fue asesinado un juez de línea, luego de un partido entre el DIM y el Amèrica de Cali, en plena ciudad antioqueña, haciendo que se suspenda el torneo y el año siguiente los clubes colombianos fueron suspendidos de participar de la Copa Libertadores, solo haciéndolo el Atlético Nacional, por su condición de de campeòn vigente e hizo de local en la ciudad de Miami, no pudieron jugar en Colombia, sus partidos de la copa de 1990.

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Fotos: Google