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No, esto no empezó en mayo de 1980, con la quema de ánforas en el poblado de Chuschi en Ayacucho, previo a las elecciones generales luego de 12 años de gobierno militar y dictadura; no, ahí no empezó, esto empezó a mediados de los años 60, cuando un profesor novato de filosofía con cierta atracción por el marxismo llamado Abimael Guzmàn Reynoso empezó a captar adeptos en la universidad donde enseñaba, la San Cristóbal de Huamanga; empezó con un pequeño grupo, a los que empezó a llenarle la cabeza con su idea del ILA (Inicio de la Lucha Armada). Casi en esa época el gobierno democrático caía a manos del militar, y es ahí donde empezó la «verdadera lucha armada» como los llamaban esos pocos simpatizantes, aunque más que nada enfermizantes, poco a poco empezaron a reunir más adeptos, jóvenes de ambos sexos ayacuchanos más que nada, algunos pocos capitalinos; empezaron a ser más organizados y disciplinados, pero ocurre siempre cuando algo pasa fuera de Lima, «Déjenlos son unos rebeldes ayacuchanos o sea provincianitos, nunca llegarán lejos y menos a Lima», solían decir los militares a cargo del país en los 70 que pensaban que ese grupito de rebeldes serían como los «tupamaros» en Uruguay o los «montoneros» en Argentina, pero no sabían el peligro en que viviríamos en la década siguiente.
En 1979, días antes del paro armado que los sindicalistas habían propiciado para los primeros días de enero de ese año, la policía lo arresta en la casa de su mujer en Pershing, Magdalena; estuvo encerrado unos días en la prefectura en la avenida España en el centro e interrogado por el suboficial Pablo Aguirre, un especialista en temas de guerrillas y subversión marxista, el tipo sabía todo de la a a la z en materia de la izquierda radical en el país, y obvio sabía de la existencia de ese grupo que emergía de una facción de «Bandera Roja» y que se hacía llamar «Partido Comunista del Perú que se guía por el Luminoso Sendero de Mariátegui»; y que años más tarde pasó a ser conocido como «Sendero Luminoso».
El suboficial sabía de todos los movimientos de Guzmán y de su lucha armada en los pueblos de la sierra peruana, pero lo que no podía hacer el policía era mantenerlo encerrado, ya que desde esa época, Guzmán Reynoso ya contaba con muy buenas influencias en juzgados, e hicieron que a los 4 días de estar encerrado saliera libre hasta setiembre de 1992, cuando fue atrapado en un chalet en Los Sauces-Surquillo; luego de una gran maniobra del GEIN, cuerpo de la policía nacional que se encargaba de la inteligencia en esa materia subversiva.

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Hoy se cumple un día más de su captura y vemos que no toda la culpa la tuvieron los gobiernos de Belaunde, García o Fujimori (aunque se diga que en ese gobierno se capturó a Guzmán Reynoso, esos 3 años, entre 1990 al 92 fueron los más violentos y de más muertes ocurridos en todos los años de terrorismo, que van desde mediados de los 60 y no 1980 hasta 1993 incluso, ya luego de capturado Guzmán, seguían los atentados), sino más que nada de los militares y principalmente en el gobierno de Morales Bermúdez por su dejadez, ya que ellos perfectamente sabían lo que acontecía pero no hicieron casi nada por parar a ese «grupito» de locos fanáticos sino además ocultaron mucha de esa información al gobierno democrático que volvía al país en 1980.

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Era un sábado fresco, algo frío de fin de invierno; era un sábado de estar en casa, porque uno era niño aún y quedaba solo ver TV local, en esa época solo una familia pudiente podía contar con antena parabólica para mirar TV extranjera, no era época de TV por cable aún; es así que esa noche, estábamos mirando en familia una pelea de boxeo en el antiguo Global TV, canal 13, esa tarde ese mismo canal transmitía el clásico del fútbol peruano, y uno aún estaba dolido por la derrota de mi club, esa tarde, pero ese dolor se apaciguó cuando en un flash informativo en ese canal 13 daban cuenta de la captura del mas grande criminal que tuvo el país, este profesor de filosofía.

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Fue presentado unos días luego, encerrado en una jaula como un salvaje, como lo que era él y sus secuaces, todo ese sanguinario grupo que supo causar terror en el país durante mas de 2 décadas, pero con mayor notoriedad en la década del 80. Ocasionando mas de 70 mil muertes, muchas de ellas campesinas, por no estar de acuerdo con su doctrina violenta y esperemos que nunca más vuelva a ocurrir, que nunca más exista un Sendero Luminoso y mucho menos que exista otro Abimael Guzmán Reynoso. Nunca más!!!

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